Faro de sa Conillera

Patrimonio

El primer faro que señalizó la llegada a la bahía de Portmany es el de sa Conillera, que aún sigue emitiendo destellos intermitentes. Sus planos fueron trazados en 1855 por el ingeniero Emili Pou y poco después un equipo de obreros se instaló en el islote. Los materiales necesarios para su construcción se desembarcaron en la orilla conocida como sa Salvadora, en el lugar donde desemboca un torrente con el mismo nombre.

Para levantar la torre se tuvo que abrir un camino hasta sa Punta des Cavall, el enclave más alto del extremo norte, situado 69 metros sobre el nivel del mar. Se construyó una torre circular de 16 metros de altura, con un poco apropiado edificio también redondo en la base, que albergaba las viviendas de los fareros. La obra se concluyó en 1857, aunque enseguida quedó patente que su infraestructura resultaba insuficiente para cubrir las necesidades de los funcionarios.

Medio siglo más tarde, en 1908, fue ampliado con dos edificios anexos que mejoraron sustancialmente las condiciones de vida de los tres fareros y sus familias. Los niños residían con ellos y recibían lecciones de los propios funcionarios, ya que no podían ir a la escuela. Únicamente recibían la visita de los marineros de Sant Antoni que les proporcionaban apoyo logístico y les trasladaban dos veces por semana víveres y suministros. También debían acudir a su rescate si los fareros daban la voz de alarma, mediante señales con espejos o encendiendo hogueras en la noche.

El faro quedó deshabitado en 1971, cuando fue automatizado. Tiene un alcance de 18 millas náuticas y emite cuatro destellos blancos cada 20 segundos. Solo puede contemplarse desde el mar, ya que sa Conillera es parte de la Reserva Natural dels Illots de Ponent y no se puede desembarcar en ella.

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